La etapa de Marcos Rojo en Boca Juniors parece llegar a su fin, marcada por controversias y un rendimiento que no cumplió las expectativas. Su llegada en febrero de 2021 generó ilusión, pero su paso por el club estuvo plagado de lesiones, indisciplina y un bajo porcentaje de partidos jugados.
Un historial de controversias
Desde el inicio, la elección de Rojo como referente y capitán generó debate. Incidentes fuera de la cancha, como participar en juegos de cartas durante la cuarentena, jugar partidos informales en condiciones poco profesionales y faltar a entrenamientos, empañaron su imagen. Las expulsiones en partidos clave, como ante River Plate o en semifinales de Libertadores, también pesaron en su reputación.
Números que preocupan
Las estadísticas son contundentes: de los 254 partidos que Boca disputó desde su llegada, Rojo solo participó en 118, representando el 46% del total. Apenas completó los 90 minutos en 75 encuentros, menos de la tercera parte. Su mejor momento se dio durante la era Gago, cuando logró encadenar diez partidos seguidos, algo que no había conseguido antes.
El detonante final
Según trascendió, uno de los motivos de su salida sería un enfrentamiento con el entrenador Miguel Ángel Russo, a quien habría reprochado su falta de oportunidades. Este episodio se suma a una serie de situaciones que evidencian su falta de compromiso y profesionalismo.
- Falta de continuidad debido a lesiones recurrentes.
- Actos de indisciplina fuera del campo de juego.
- Bajo rendimiento en momentos clave.
El ciclo de Marcos Rojo en Boca Juniors parece llegar a su fin, dejando una sensación agridulce entre los hinchas. Su talento nunca estuvo en duda, pero su falta de profesionalismo y compromiso le impidieron consolidarse como un referente indiscutible en el club.