En una jornada cargada de simbolismo, el peronismo se movilizó masivamente para conmemorar el Día de la Lealtad, recordando aquel 17 de octubre de 1945 que marcó un antes y un después en la historia argentina. Este año, la movilización tuvo un claro destinatario: Cristina Fernández de Kirchner.
Bajo el lema "Liberamos a Perón, liberemos a Cristina", militantes, sindicatos y organizaciones sociales se congregaron en diversos puntos de la Ciudad de Buenos Aires para marchar hacia el domicilio de la expresidenta, ubicado en el barrio de Constitución. La consigna refleja el sentir de un sector del peronismo que considera a Cristina Kirchner víctima de una persecución judicial.
Caravanas desde Retiro, Once y Constitución
Las principales columnas partieron desde tres puntos estratégicos: Retiro, Once y Constitución. Desde allí, miles de personas se movilizaron portando banderas, pancartas y cantando consignas en apoyo a la exmandataria. La elección de estos puntos de partida buscó facilitar la participación de militantes provenientes de diferentes zonas de la ciudad y el conurbano bonaerense.
¿Por qué esta movilización?
La movilización se produce en un contexto particular, marcado por la condena a Cristina Kirchner en la Causa Vialidad. Esta causa, que culminó con la condena de la ex mandataria, ha sido objeto de críticas por parte de juristas, sectores políticos y organismos de derechos humanos, quienes advierten sobre irregularidades en el proceso judicial que comprometen garantías constitucionales básicas.
- Falta de imparcialidad judicial: Se denuncian vínculos entre jueces y actores opositores.
- Acusaciones de lawfare: Se acusa una persecución judicial y mediática contra Cristina Kirchner.
- Ausencia de pruebas directas: Se argumenta que no existen pruebas fehacientes que demuestren la culpabilidad de la ex presidenta.
La movilización del Día de la Lealtad se convirtió, de esta manera, en una muestra de apoyo a Cristina Kirchner y un reclamo por lo que sus seguidores consideran una injusticia. La jornada transcurrió sin incidentes mayores, con un fuerte despliegue policial para garantizar la seguridad de los manifestantes.
Este acto de apoyo popular se suma a la creciente tensión política y social en Argentina, donde la figura de Cristina Kirchner sigue siendo un factor clave en el debate público.