El martes 4 de noviembre, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México detuvieron a Uriel “N”, el hombre que acosó a la presidenta Claudia Sheinbaum durante un recorrido público en el Centro Histórico. El incidente, capturado en video, generó una ola de indignación en redes sociales y entre figuras políticas.
¿Cómo Sucedió el Acoso?
Mientras Sheinbaum se dirigía a un evento en la Secretaría de Educación Pública (SEP), saludaba a los transeúntes frente a Palacio Nacional. Uriel “N” se acercó, la abrazó e intentó besarla en el cuello, realizando contacto físico sin su consentimiento. Una mujer alertó sobre la situación, y los escoltas intervinieron para separarlo.
“Nos tomamos la foto, no te preocupes”, se escuchó decir a Sheinbaum, mientras su equipo la resguardaba. A pesar de la presencia de seguridad, el sujeto intentó acercarse nuevamente antes de ser contenido, según informó el periodista Carlos Jiménez.
Comportamiento Alterado y Detención Posterior
En las imágenes, Uriel “N” mostraba un comportamiento alterado y pronunció frases ininteligibles, incluyendo “Claudia de América”, antes de ser retirado. La detención no ocurrió inmediatamente, sino horas después. El periodista Carlos Jiménez fue quien dio a conocer la noticia de la detención a través de sus redes sociales.
Este incidente pone de manifiesto la vulnerabilidad de las mujeres, incluso aquellas en posiciones de poder, ante el acoso. La rápida difusión del video y la reacción pública subrayan la creciente conciencia sobre la necesidad de erradicar la violencia de género.
Reacciones y Contexto Nacional
La Secretaría de las Mujeres del Gobierno de México repudió los hechos, lamentando que “ninguna mujer está exenta de vivir acoso sexual” en el país. Este incidente ocurre en un contexto donde más del 70% de las mujeres mexicanas mayores de 15 años han sufrido algún tipo de violencia, y casi la mitad ha sido víctima de violencia sexual.
La rápida acción de las autoridades al detener al agresor es un paso importante, pero queda mucho por hacer para garantizar la seguridad y el respeto hacia las mujeres en México.